Tapete personalizado

Me he quitado la ropa (llevaba el bikini) y me he dado un baño… No me lo he pensado, me he metido, la respiración se ha cortado al reaccionar por el contraste del agua helada, pero tras unos segundos eternos, en los que he estado tentada a huir del frío, mi cuerpo se ha habituado a la temperatura.
Y he nadado, Km de playa para mi sola, todo el mar ante mi, se hacía inmenso. Es una sensación increíble, meterte en la mar a solas, cuando está tan calmado, te ves tan rodeada… da vértigo, pero a la vez … uf, no puedo como describirlo, al menos con palabras, pero son tantas sensaciones mezcladas... te sientes tan pequeña, y a la vez plena… te sientes Tapetes personalizados.

Al salir me he sentado en la arena buscando el calor de la toalla, tiritando, mientras miraba absorta las barquillas.

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Siempre me ha gustado sentarme cerca de las barcas, a mirar a los hombres de mar. Son hombres que conozco y me conocen desde chica, que han conocido a mis abuelos, no sé sus nombres, para ellos soy la hija o la nieta de Miguel…
Me gusta observarles recoger las redes, es un trabajo laborioso, con pantalones remangados, tienen la cara morena, cabeza cubierta para protegerlos del sol que empieza a apretar y profundas arrugas que surcan su cara y piel curtida por el salitre, los ojos oscuros reflejan sabiduría. Son gente honrada, y aman la mar.
Anoche fueron pocos los que se aventuraron a salir, el viento amainó tarde. Me he sentado a 100 metros de ellos.