SEGUNDO ACTO: Una cena de cotilleos adobada con un delicioso postre, "la falacia del tú no puedes opinar si no has estado ahí", salpicada con un tropezón de estupidez leer más.
Antes de que se hiciera la "entrada oficial" a la cena, Ángel Arroyo estuvo haciendo preguntas a Luis Mariano Fernández sobre su profesión. Luis Mariano se había sentado con nosotros en un momento en el que Pedro Amorós y Antonio García nos abandonaban cual desodorante.
Ángel, en su ingenuidad, le preguntaba a Luis Mariano si no era un poco atrevido hacer viajes como guía a Bélmez de la Moraleda, siendo él miembro de la AEIP, después del escándalo de las nuevas caras. Luis Mariano respondía con una desfachatez similar a la ingenuidad con la que Ángel preguntaba. Por supuesto que no es atrevido, faltaría más. Él es un intrépido himbestigador al que no se le puede toser, y si quiere hacer viajes, pues los hace y punto. Y ya que conoce el tema mejor que nadie (decía), ¿por qué no sacarse un dinerillo extra los fines de semana? ¿Qué había de malo en sacar dinero de Bélmez?, se preguntaba con una desvergüenza pasmosa.
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