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Mientras tanto, hasta Noviembre estoy relativamente ligera de presiones, ya que las únicas prácticas que han comenzado son las de Ecología, como ya comenté. Tras la excursión al Centro Experimental, las que restan son todas en el aula de informática, y consiste en simulación de modelos por ordenador. La de este miércoles nos la dio mi querido amigo el Alemán, y versaron acerca de la resolución de matrices a través de un programa ideado por un miembro del Departamento. Resultaron tan sumamente aburridas que casi prefiero hacer las matrices a mano, y Cri-Cri y yo terminamos jugando como locas con los valores de las variables para hacer que las plantas fueran veinte veces más abundantes que los hervíboros, y según yo, acabaran comiéndose a éstos... Por otra parte, la semana pasada Ele y yo nos pasamos por el despacho del Alemán para comentarle lo de la permuta, pero no lo encontramos ( estoy deseando formalizar nuestra situación porque al parecer este hombre se pone muy nervioso con los cambios y no tengo ganas de que me grite en una mezcla de hispano-germánico); a los que sí vimos fueron al Castrojo ( que se rio a gusto de nosotras tomándonos el pelo) y al becario de la práctica de campo ( vaya, y yo que pensaba que lo tenían regando los geranios de los Comprar sofas online)
Las clases de teoría van avanzando con desigual trayectoria. El profesor de Ecología ( a partir de ahora bautizado como el Dr. Frankenstein) ha sido temporalmente sustituido por su hermano para darnos los temas correspondientes al medio físico, y éste, además de explicar a una velocidad estresante, nos comunicó de el primer día su tendencia a soltar gallos durante sus diserciones y a compensar las risitas que ello provoca en el graderío haciendo chirriar la tiza en el encerado de la pizarra. A mí me dieron ganas de levantar la mano y responderle que muchas gracias por la información, pero que nuestra clase no tiene gradas, que nunca nos hemos reido de la dicción de un profesor ( y a Dios pongo por testigo de que buenos motivos hemos tenido), que personalmente me resbala el chirridito de la tiza así que puede hacerlo cuantas veces le plazca y que si, por favor, podría pisar el freno de vez en cuando para evitar dislocaciones de muñeca entre el personal. Ah, y por último, que tiene usted toda la razón: podría montar una granja con sus gallos.
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